Un grave error que hemos perpetuado en nuestra sociedad es visible en la manera en que educamos a nuestros hijos para “que sean alguien en la vida”.
En nuestro intento de rescatarlos del posible fracaso por “no ser suficientes”, sometemos a nuestros niños a una preparación para la vida limitada y limitante.
Pareciera que no nos interesa que sean personas completas. Que reconozcan, valoren y disfruten su cuerpo, usándolo para expresarse, moverse, hacer deporte, bailar, jugar y sentir. Que manejen sus emociones, para que puedan ser felices aún en momentos de dolor. Y que también usen su intelecto como una buena herramienta, RESPETANDO LA FORMA ESPECIAL DE INTELIGENCIA DE CADA UNO y eso que viene a aportar. Y sobre todo, que se experimenten vinculando sus habilidades, su pasión, su energía y su cuerpo a través de eso que aman hacer y que han elegido para servir y enriquecer a su entorno… y como consecuencia a sí mismos.
Parafraseando a Sir Ken Robinson, estamos desperdiciando terriblemente los talentos y la pasión de nuestros niños. Así como vivimos una crisis ambiental, contaminando aire, agua y tierra; también estamos creando una crisis de nuestros recursos humanos, desperdiciando enormemente el talento al no saber cómo reconocerlo y desarrollarlo.
La buena noticia: El que tus hijos reconozcan y valoren su magia especial depende principalmente de ti. Tú mamá/papá eres su punto de referencia más importante. Eres quien puede proveer de un entorno rico en experiencias que nutran todo su ser. Puedes prepararte para ver lo que otros quizás no vean.
Con todo el cariño
Luis Carlos y Gaby
Luis Carlos y Gaby
El entrenamiento introductorio del Método Paternidad Efectiva ha sido tomado por más de 125 mil padres alrededor del mundo.
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