La etapa de la adolescencia es un cambio en el cual debemos apoyar más a nuestras hijas e hijos.
En sesión siempre les pido a los padres que recuerden como fue su adolescencia que les hacía falta, que les hubiera gustado escuchar, que tan cercanos hubieran querido tener a sus padres, así de esta manera a través de la experiencia e historia personal nos volvemos más empáticos con los adolescentes y los podremos entender mejor.
De ninguna manera hay porque reproducir el maltrato, indiferencia y todas las carencias que pudimos haber tenido en nuestra adolescencia con nuestras hijas e hijos.
Es una etapa de la vida en la cual ya no los abrazamos jamás se les da una muestra de afecto, cariño o reconocimiento alguno, por eso buscan tanto afecto fuera de casa.
Hay que ser observadores no demos por hecho que por que vivimos en la misma casa ellos ya saben que los queremos y valoramos como personas. Es importante que siempre cada día se los recordemos y fortalezcamos los vínculos de amor y respeto con ellos.
Recordemos que somos su ejemplo y formadores y es una gran labor ser padre y madre hagámoslo de la mejor manera posible siendo empáticos y compasivos.
Gaby Vidal
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