Mi hijo saca excelentes calificaciones.
Si vieras lo aplicada que es…
La inteligencia se ha relacionado mucho a la vida académica, pero hoy sabemos que desarrollarla va más allá de lo que sucede en el salón de clases.
Más allá del IQ (coeficiente intelectual), los papás necesitamos impulsar a nuestros hijos a resolver los retos y problemas que surgen en su vida cotidiana.
Miguel, un niño de 9 años, a pesar de su promedio de 9.6 en la escuela, tenía mucha dificultad para resolver un problema con un compañero que constantemente lo molestaba.
Andrea, una adolescente brillante estrella del equipo de matemáticas, recibió una beca para ir a una universidad en Estados Unidos. Después de tres meses tuvo que regresar a su casa y someterse a tratamiento psiquiátrico para controlar sus ataques de pánico y ansiedad. Nunca se había separado de sus padres, quienes siempre le habían resuelto todo para que se dedicara a hacer lo más importante: estudiar.
OJO: no estamos diciendo que lo académico no sea importante. Ni que los niños a los que les va mal en la escuela les irá mejor en el futuro.
La palabra “inteligencia” se refiere a la capacidad para saber elegir entre posibilidades u opciones para resolver un problema.
Cuando tu hijo se encuentre ante una dificultad, te invitamos a apoyarle de esta manera:
- OBSERVA: Resiste la tentación de resolverlo por él/ella o de decirle qué hacer; nota qué es lo que está sucediéndole – cómo reacciona ante la situación, cómo la enfrenta, qué recursos usa para intentar resolver, ¿se frustra? ¿abandona? ¿se enfoca?…
- VALORA: ¿El reto que enfrenta es adecuado para su edad y cúmulo de habilidades adquiridas? Un niño de 4 años no tiene por qué cruzar la calle sólo. Cuando el reto es demasiado grande, puede acabar frustrado, lastimado, e incluso llegar a conclusiones erróneas sobre sí mismo. Observa que los retos que enfrenta le ayuden a estirar su liga, pero no a romperla.
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- SÉ SU MENTOR: Cuando un niño se equivoca, es común encontrar que su padre o lo resuelva, o lo deje a su suerte. Ser su mentor sería algo como: “Hijo, mira estos desarmadores. ¿Cuál crees que funcionaría mejor con ese tornillo que estás tratando de sacar?”
- NO INTERFIERAS: Por supuesto que tú podrías resolver su problema en segundos. Permite que lo conquiste, no importa cuánto tiempo tome. Confía en su capacidad, brinda sólo el mínimo apoyo necesario, y deja lo demás en sus manos.
- NO JUZGUES: permite que se equivoque cuantas veces lo necesite. El error es el gran maestro, porque con cada error se acerca a la solución.
- RETROALIMENTA: “Veo que lo lograste, ¿cómo te sientes ahora que lo resolviste?”
Te interesa: La técnica de la Retroalimentación. Clic AQUÍ para conocerla y aplicarla con tus hijos.
Apoyar adecuadamente a tu hijo para que resuelva los retos cotidianos que enfrenta, es prepararlo para la vida.
Cuéntanos, ¿tu [email protected] se paraliza ante los retos, o los enfrenta con entusiasmo? ¿Cómo has puesto esto en práctica? ¿Qué te ha funcionado?
Por último, ten en cuenta que cada niño – cada persona – tiene un coctel de inteligencias propio, especial y único. Ayuda a tus hijos a desarrollar su potencial y a descubrir sus dones. No venimos a saberlo todo, ni a ser iguales a los demás, o mejores que otros. Venimos a descubrir cómo ser la mejor versión de nosotros mismos.
Con amor,
Luis Carlos y Gaby
Luis Carlos y Gaby
El entrenamiento introductorio del Método Paternidad Efectiva ha sido tomado por más de 125 mil padres alrededor del mundo.
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