Enseña a tus hijos y alumnos a hacer equipo para que, en vez de enfocarse en el problema y culpabilizar, pongan su atención en solucionar y contribuir.
Un padre entró a la sala para encontrar que sus hijas habían pintado la pared. Las llamó y preguntó quién era la responsable. Cuando ninguna contestó, entonces las amenazó: “Pues si no me dicen quién fue, las tres están castigadas” La hija mayor entonces acusó a la menor.
Este padre seguramente pensó que estaba haciendo lo correcto. Pero, ¿Qué sucede cuando empujas a que un hermano delate al otro?. Pues que le enseñas a traicionar, ya sea por miedo al castigo o por congraciarse contigo. Así surge el que empieza a adoptar el papel del bueno, que le encanta a todo padre porque es complaciente y obediente, pero que los demás hermanos detestan. ¿Cómo puedes evitar que esto suceda? “Poniendo a todos en el mismo barco,” como decía el famoso psiquiatra infantil Rudolf Dreikurs. En vez de buscar a la responsable, ese padre podría haberlas llamado y pedirles que entre las tres limpiaran la pared, sin tratar de averiguar quién lo había hecho. Esto hubiera evitado que se acusaran.
¿Te parece injusto?… Si piensas que una familia es un equipo y que, por lo tanto, todos son responsables de que el hogar esté limpio y cuidado, entonces no te parecerá injusto cuando tengan que ayudar en las distintas tareas domésticas, lavar trastes, sacar la basura, recoger lo que está tirado, etc…
Al enseñar a tus hijos y alumnos a hacer equipo, aprenden a desarrollar conciencia social. Se dan cuenta de que lo importante no es culpabilizar ni enfocarse en el problema, sino contribuir y solucionar.
Siendo maestra de sexto grado, un día recibí la queja de que mis alumnos habían aventado bolas de papel mojado al techo del baño de los hombres. De manera casual les dije, antes de salir a recreo todos los varones tendrán que limpiar el techo del baño. No faltó quien se quejara, ¡Pero yo no fui!, lo cual hice oídos sordos y todos cooperaron para limpiar. Mi atención estaba puesta en la solución y no en el problema. Mientras limpiaban escuché que entre dientes, un alumno le decía al otro, ¡No se te vuelva a ocurrir hacer esto!. El mensaje fue claro, el baño es responsabilidad de todos, y a partir de entonces, el grupo hacía presión para que lo mantuviesen limpio.
¿Quieres que tu hijo desarrolle conciencia social?, ¿Que aprenda a ser respetuoso y a tomar a otros en cuenta?. Entonces, ayúdalo a darse cuenta de su impacto para que aprenda a contenerse cuando esté por afectar de manera negativa a otros.
¿No crees que ya es tiempo de dejar de buscar culpables y empezar a buscar soluciones?. Al fin de cuentas, te guste o no, estamos todos ¡en el mismo barco!.
Rosa Barocio
Licenciada en Educación y Conferencista
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