¿Sientes que las personas constantemente están opinando sobre lo que haces o dejas de hacer?, ¿Recibes consejos no solicitados sobre cómo deberían ser y/o comportarse tus hijos?, ¿Tienes la sensación de que hagas lo que hagas nunca vas a estar a la altura de las expectativas y opiniones de los demás?.
Te tengo una noticia: Todos nos hemos sentido así en algún momento. Para las personas es mucho más fácil opinar, dar juicios sobre lo que está afuera, pero difícilmente se atreven a ver primero lo que hay adentro. Incluso nosotros mismos nos hemos comportado de esta manera. A veces damos consejos o queremos ayudar a alguien diciéndole algunas frases que lo motiven o lo conforten, pero muchas veces estamos empeorando la situación. ¿Por qué?, pues porque la mayoría de las personas crean su discurso interno, su criterio sobre sí mismos, basados en lo que han escuchado de otros a lo largo de su vida. Digas lo que digas, la persona lo tomará como algo “Bueno” pero se acostumbrará a sólo sentirse bien, cuando alguien le diga algo que le guste o lo tomará como algo “Malo”,y se sentirá frustrado, enojado, insuficiente.
El bombardeo de opiniones al que estamos sometidos constantemente, son en realidad proyecciones de cada persona sobre lo que les está sucediendo en su vida, pero como no se atreven a decírselo así mismos, se lo dicen a los demás. También puede tratarse de anhelos frustrados, de lo que a ellos les gustaría tener, pero no tienen. Como dice el dicho “El pasto del vecino siempre es más verde”.
Todos hemos caído en la trampa de mirar nuestra vida con escasez, de fijarnos en todo lo que no tenemos, claro está, siempre en comparación con alguien más. Y la forma en cómo funciona nuestra sociedad actual, empeora aún más la situación, pues es bien visto estar compitiendo unos contra otros, y sin mencionar el concepto de los que tienen más son los más felices y los que tienen poco pues no. Esta necesidad de competencia hace que nuestro foco siempre esté afuera de nosotros mismos, mirando qué hacen los demás, y cómo lo hacen. Todo el tiempo está nuestro cerebro emitiendo juicios sobre todos y todo lo que nos rodea, sobre todas las circunstancias que observa.
Pero la verdad es que estar constantemente mirando hacia afuera, es agotador y muy perjudicial. Olvidamos lo que es verdaderamente importante: Nosotros mismos. No hay opinión que deba importar más que la tuya propia. Y me refiero a lo que verdaderamente piensas y sientes sobre ti, lo que esa vocecilla muy al fondo de tu corazón te dice constantemente pero que tú nunca escuchas. Debemos procurar volver a poner el foco en nuestra vida, en nuestra esencia. Muchas veces nos quejamos constantemente de no saber qué hacer, qué elegir, cómo solucionar lo que nos pasa; esto se debe a que apagamos el foco de nuestro interior hace mucho tiempo. Hemos abandonado nuestra esencia en una silenciosa oscuridad.
Hoy te invito a encender la luz de tu interior nuevamente, te invito a que te enfoques y definas qué es lo verdaderamente importante para ti, cuáles son tus sueños y metas y qué pasos vas a tomar para alcanzarlos.
Quiero invitarte a que le subas el volumen a la voz de tu interior, de tu corazón y le des el lugar que le corresponde en tu vida. No hay nada más valioso que reconocerse uno mismo como valioso, único, maravilloso y poderoso. Una vez que recuerdes tu verdadera opinión sobre ti mismo, no importará lo que digan los demás, porque tus oídos estarán sintonizados sólo con tu corazón.
Con cariño
Alexandra Parada
Facilitadora del Método Paternidad Efectiva®
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