A los niños les cuesta trabajo escuchar a sus padres. Por eso, el primer paso para apoyarlos, es arreglar el ambiente para que tanto tú como tu hijo logren el éxito. La manera más sencilla de que esto se logre, es asegurarte de que tu hogar tenga un ambiente preparado que conduzca a la cooperación. Las rutinas, el ritmo y el ambiente preparado para la etapa de desarrollo del niño, pueden ser una gran palanca para ayudar al niño a escuchar.

¿Cómo crear el ambiente en casa para que te escuche?

Exploremos las condiciones óptimas en el hogar para ayudar a que tu hijo escuche.

  1. Predecir ritmo y rutinas: 

A los niños les gusta saber qué es lo que viene para ellos. El poder predecir y el tener rutinas en sus vidas les da mucha contención y los llena de certeza y seguridad. Para ayudarlos con su escucha, necesitamos mantener una rutina predecible. Cuando el niño sabe que se espera de él, escuchar se les facilita enormemente y es mucho más probable que cooperen.

-Mañanas: Esto puede que no sea una noticia tan bien recibida por los padres pero es importante saber que: La mañana comienza en la noche. Específicamente, necesitas comenzar tus preparativos para la mañana desde la noche anterior. La mayoría de los padres están agotados en la noche y no tienen la energía suficiente para organizarse para el siguiente día. Pero entre más estructura tengas, más fácil será que tu hijo coopere.

Tomarse unos minutos en la noche para organizar el lunch, las tareas, los uniformes y las circulares que haya que firmar, harán una diferencia abismal para asegurar una rutina matutina tranquila y fluída. Es mucho más sencillo que el niño escuche y coopere cuando tiene a un padre calmado y preparado.

-Tardes: Establecer un ritmo para la parte final del día es vital. Entre más pequeño sea el niño más seguro se siente al saber que: Primero cena con sus papás, después toma su baño, luego se lava los dientes, se le cuenta un cuento y luego a dormir. Está comprobado que el niño escucha mejor cuando sabe lo que se espera de él.

Al niño más grande le ayuda mucho el saber que su día tiene ritmo y estructura. Tiene tiempo para hacer la tarea, para jugar, para estar en la computadora, para cenar e ir a la cama.

Establecer un ritmo sano es todo un arte, no se trata de seguir una agenda, se trata de respetar la naturaleza del niño y sus necesidades.

  1. Preparar el ambiente:

Cuando tenemos un ambiente preparado es mucho más fácil que el niño pueda atender. Por ejemplo:

El niño pequeño necesita un espacio accesible para colgar su mochila y sus chamarras. Los zapatos tienen una casita y ahí es en donde se colocan todos los días. Su ropa está acomodada de manera que ellos pueden alcanzarla para que no tengan que estar diciéndote que no tienen pantalones o que no los encuentran. Y de igual manera los cochecitos tienen una canasta, las muñecas otra, los cuentos un espacio especial y así cada cosa tiene un lugar en donde se guarda.

Cuando el niño sabe que cada juguete tiene su casita (Su canasta) y que “Don pincel” necesita lavar sus pies en el tarrito de agua cada vez que se acaba de utilizar, es mucho más sencillo que pueda regresar las cosas a su lugar cuando las utiliza.

Tener un ambiente preparado y un ritmo predecible facilita la vida y la escucha del niño de cualquier edad.

Luis Carlos Flores y Gabriela González

Fundadores de Niños de Ahora

Creadores del Método Paternidad Efectiva®

 


Si deseas reconocer la raíz de los malos comportamientos de tus hijos y descubrir porqué has batallado tanto para que te hagan caso, entonces pon en práctica las técnicas de la Paternidad Efectiva® y rompe para siempre con los gritos, el chantaje, los castigos y las amenazas que tanto los lastiman (y te lastiman). 
Regístrate hoy mismo y obtén la certeza de estarle dando a tus hijos lo que necesitan para crecer emocionalmente sanos.